Pie de manzana

Esta delicia no deja indiferente a nadie. Lo único quizá algo engorroso es preparar bien la masa pero con un buen robot el trabajo es muy sencillo.

Ingredientes para unas 8 porciones

Para el relleno:

75 gramos de mantequilla

10 manzanas golden de buena calidad

200 gramos de azúcar moreno o panela

1 toque de canela en polvo

Para la masa quebrada:

500 gramos de harina floja

50 gramos de mantequilla (no margarina)

50 gramos de azúcar

100 gramos de almendras tostadas

4 yemas

4 claras

1 hoja de papel sulfurizado de horno

Para la crema:

5 yemas

5 huevos

150 gramos de azúcar 

1 cucharadita de maizena

1 litro de leche

piel de naranja

piel de limón

un palo de canela

Lo primero que podemos hacer es la masa quebrada a nuestro estilo. Para ello montamos las claras en el robot a punto de nieve con la mitad del azúcar de la masa. Reservamos. Blanqueamos las yemas con la otra mitad del azúcar (las montamos hasta que queden blancas). Añadimos los 500 gramos de harina, la mantequilla a temperatura ambiente, las almendras y mezclamos, no amasamos. Dejamos la masa en la nevera unas cuantas horas, lo ideal es que repose un día entero. Cuando la vayamos a extender en el molde la sacamos a temperatura ambiente un rato para poder trabajarla.

A continuación pelamos las mazanas y las rehogamos con la mantequilla, el azúcar y la canela una media hora, hasta que ablanden y reduzcan algo su jugo, sin que se seque del todo para que la tarta nos quede más bien jugosa.

Extendemos la mitad de la masa que hemos dejado a temperatura ambiente un rato antes y la extendemos en el papel del horno. La trasladamos a un molde redondo y horneamos a 190 º durante unos 15 minutos, con el horno precalentado. Sacamos del horno, introducimos el relleno de la manzana y repeteimos la operación extendiendo la masa y cubriendo la tarta. Volvemos a hornear por segunda vez unos 20 minutos a 190 º. 

Sacamos, dejamos reposar y la sacamos con mucho cuidado del molde ya que la tarta es muy delicada, por lo que es mejor dejarla enfriar en la nevera un buen rato.

Para la crema: infusionamos la leche con la canela, la corteza de naranja y de limón. En un cazo aparte ponemos el resto de ingredientes de la crema y colamos la leche, removiendo constantemente y teniendo mucho cuidado que no se nos corte, para lo que la colaremos con un chino y la cambiamos de recipiente en el momento en el que esté espesando. Dejamos enfriar.

Con la tarta ya fría, la cortamos y la podemos calentar ligeramente en el microondas, acompañándola de la crema y si nos apetece un buen helado de vainilla. Espolvoreamos con azúcar glass.